miércoles, 4 de abril de 2018

Invisibilidad armada

Por Constanza Di Cresce, estudiante de Comunicación

Armas invisibles que deben ser visibles para defendernos:

Desde pequeñas recibimos miles de estímulos. Algunos de estos estímulos están programados para determinar nuestra percepción de las cosas, nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestros sueños, y nuestras pesadillas. La publicidad ,y en especial la de los dispositivos (como la tv, celulares, tablets, etc.) nos acompaña de cerca en nuestra infancia, y es el principal estímulo de los juegos para niños y niñas, como también de las cosas de adultos y adolescentes. Desde jugar a la mamá, querer la cocinita de juguete para navidad, y maquillarnos con Juliana son algunos de los resultados que invisibles se hacen realidad para forzar una identidad prematura. Desde allí es donde pude comenzar a ver que las mujeres, desde niñas crecemos bajo estímulos machistas. Luego, en casa, nuestros padres, nuestros compañeros y compañeras en el jardín, o en el colegio, son portadores/as de dichas armas invisibles. Claro que no las portan con intención, pero saben usarlas y sin ser conscientes, nos apuntan y disparan contra lo todo aquello que no cumpla con el estándar que nos propone la sociedad. Nos apuntan en la frente y no nos dejan elegir. Podemos crecer y desprendernos de mucho, pero estamos destinadas más a responder a estos estímulos que a elegir con criterio. Así actúa sobre las personas en general nuestra sociedad machista, y logra que nosotras mismas nos podamos ubicar en la cocina, en el salón de belleza, en pilates, o en donde las mujeres deberían estar cumpliendo con las tareas para mujeres. Claro que esto es igual para los hombres, está muy claro que existen tareas para hombres, y éste es el punto en el que debemos entender que el feminismo busca igualdad y no contrariedad de machismo.

Cuando logramos entender que simplemente por ser mujer no debemos sentirnos madres, modelos de revista, encantadoras, y que ser hombre no implica ser fan del fútbol, insensible, galán, etc. En ese momento, en el que cuestionamos lo que nos dicta el entorno, es cuando el feminismo se hace presente. Cuando logramos ver que no existen colores para  mujer y para hombre, que no hay actividades de nena o de nene, tampoco  puestos de trabajo ni  cortes de pelo.


Cuestionar lo nuevo y lo antiguo, lo que no esté fuera de lo normal, porque si es normal algo lo hizo norma. Debemos desnaturalizar y normalizar con más igualdades. Por ello desde el feminismo se cuestiona todo, y se construye una mirada más igualitaria sobre la cual nos podamos sostener todes. No nos sentimos bien con lo que nos debería satisfacer y es la búsqueda de nuestra identidad lo que nos debemos todes.