miércoles, 17 de octubre de 2018

Un debate con El Puente (PJ): ¿Cuál es el frente antimacri? Una salida al ajuste y a las problemáticas estudiantiles

En una publicación reciente de la agrupación El Puente, financiada por el intendente de Malvinas Argentinas por el PJ, Leonardo Nardini, acusa a la izquierda de “desviar la discusión política central que es la de crear un gran frente popular en contra del ajuste de Mauricio Macri y el FMI”. Por otro lado, también acusa a la actual conducción del CEUNGS de “no poder hablar de grandes logros…”. Todo esto además de ser falso, es confuso. En primer lugar no explican concretamente qué sería un frente antimacri y con quiénes debería llevarse a cabo; y en segundo lugar no mencionan ni una de las problemáticas que aquejan a los estudiantes (condición para poder hablar de “grandes logros”).

Frente antimacri: ¿cómo y con quiénes?
El Puente UNGS habla de “Frente Popular antimacri” de manera abstracta. ¿Sería un frente electoral? ¿Con quiénes? Cambiemos no cuenta con mayoría en ninguna de las cámaras del Congreso, sin embargo ha logrado aprobar las principales leyes para llevar a cabo su plan económico de ajuste. ¿De dónde sacó los votos? Del peronismo, en sus distintas variantes.
La piedra angular del endeudamiento y del acuerdo con el FMI fue el pago a los fondos buitres. El gobierno nacional, gracias a los votos del Frente Renovador en la Cámara de Diputados y el Frente Para la Victoria en la Cámara de Senadores, lo consiguió. Con esta misma fórmula, Macri logró la aprobación de más de 100 leyes. Podemos mencionar el blanqueo de capitales, los presupuestos a la baja para 2017 y 2018, e incluso la bochornosa contrarreforma previsional que fue ni más ni menos que un robo a los jubilados.
Este 24 de octubre se votará en diputados el Presupuesto 2019, diseñado por el FMI y apoyado por los gobernadores peronistas. No es casual que El Puente olvide mencionar a estos últimos como parte del bloque que garantiza el ajuste. Si bien sectores del peronismo intentan reacomodarse de manera oportunista en esta votación del presupuesto, a menos de un año para las próximas elecciones presidenciales, hay algo que tiene que  quedar claro: si llegamos hasta acá fue gracias a la colaboración del peronismo. Entonces, ¿es un frente electoral con estas fuerzas políticas con quiénes hay que hacer un frente antimacri? ¿Es posible frenar el ajuste desde un Congreso que votó estas leyes y además negó el derecho al aborto a las mujeres?
Desde la izquierda creemos que el ajuste se va a frenar con las mayorías trabajadoras en las calles, y los estudiantes unidos a ellas, como lo demostraron las jornadas de diciembre que impidieron que se lleve adelante la reforma laboral. Estamos a favor de la más amplia unidad en las calles. En lo inmediato, creemos que una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana es la salida más democrática para que el pueblo trabajador y los perjudicados por este gran saqueo a los recursos nacionales y al bolsillo decidan cuáles son las medidas más urgentes a tomar. Esta estrategia es contrapuesta a la de todo el peronismo, incluido el kirchnerismo, que es esperar a las elecciones de 2019, declarado abiertamente por sus principales dirigentes políticos y sindicales. Un año más de ajuste sería insoportable para las grandes mayorías.

¿Qué gobierno universitario necesitamos para qué problemas?
En este contexto de tarifazos, caída de los salarios, desempleo juvenil y flexibilización laboral, las problemáticas estudiantiles que arrastramos desde hace años (deserción, alargamiento en los años de cursada, bajas tasas de graduación y dificultosa inserción laboral), se profundizan considerablemente. El Puente acusa a la izquierda de no poder hablar de logros, pero no parte de este diagnóstico, y por ende no levanta ningún programa político. 
Con órganos de gobierno antidemocráticos (Consejo Superior, Consejos de Instituto y Asamblea Universitaria), donde una casta de investigadores docentes concentra una representación mayoritaria en esos espacios y monopolizan la toma de decisiones, no podremos solucionar ninguna de las problemáticas mencionadas. ¿Cómo se explica que a los 20000 estudiantes matriculados que tiene la UNGS nos representen sólo 12 consejeros en el Consejo Superior contra 24 representantes del claustro docente investigador? Siendo los estudiantes quienes componemos la mayoría de la población universitaria, nuestra representación en los órganos de gobierno es mínima. La desproporción habla por sí sola; el gobierno universitario chorrea antidemocratismo por todos lados.
El gran logro para los estudiantes será la democratización de los órganos de gobierno, con mayoría estudiantil y comités resolutivos. Esta es la perspectiva que defendemos a través de la organización que incluya un fuerte cuestionamiento al régimen de gobierno universitario. Hasta que se consiga dicha democratización, las asambleas masivas pueden ser el lugar donde los estudiantes tomen sus propias decisiones y hagan contrapeso a esos órganos de gobierno donde estamos reducidos a una minoría.
La gran asamblea del 29 de agosto, que contó con la participación de 400 estudiantes, con posterior vigilia en la universidad, es un ejemplo de cuáles son los métodos. A pesar de ello, El Puente dice que el CEUNGS se ha mostrado “incapaz de convocar a acciones concretas e interpelar realmente a los estudiantes”, una caradurez que sólo puede provenir de una agrupación que no sólo no convocó, sino que ni siquiera participó de esa asamblea. El Puente no defiende esta perspectiva porque no le interesa hablar de los órganos de gobierno, defiende el status quo universitario tal cual está.
Queremos seguir aportando a construir un CEUNGS de lucha, que sea una herramienta para que los estudiantes defendamos la educación pública y derrotemos el ajuste junto a los trabajadores que se están poniendo de pie ahora, que no quieren esperar a 2019.

lunes, 8 de octubre de 2018

Grave ataque antidemocrático: el gobierno universitario pretende interrumpir los mandatos de los representantes estudiantiles votados en asambleas

El año pasado, les estudiantes de Comunicación organizamos las elecciones de representantes estudiantiles del Comité de nuestra carrera a través de asambleas masivas. Allí discutimos no sólo qué tipo de comité se necesita para mejorar la carrera y la situación del claustro estudiantil (mantenerlo como un espacio de consulta o luchar por uno resolutivo), sino también sobre la situación nacional, el ajuste hacia la clase trabajadora y el ataque hacia la educación pública. Decidimos democráticamente que les representantes que resulten electos ejerzan sus mandatos por dos años. De esta manera, garantizamos elecciones democráticas y transparentes que permitieron que 200 (doscientos) estudiantes emitan su voto.

Sin que se hayan cumplido los dos años de mandato, el gobierno universitario elaboró dos reglamentos: uno “nuevo” sobre el funcionamiento del comité y otro para imponer desde arriba la forma y los tiempos para que les estudiantes elijamos representantes (los días 7, 8 y 9 de noviembre habría elecciones en las carreras nuevamente). ¿A quiénes se les consultó sobre los nuevos reglamentos? ¿Quiénes los elaboraron? ¿En dónde quedó el mandato de dos años que votó la asamblea? En definitiva, ¿dónde está la democracia estudiantil?


Un intento para ahogar la auto-organización estudiantil

Al igual que el anterior reglamento de comité de carrera, el nuevo reproduce su carácter consultivo. Esto quiere decir que el comité no tiene capacidad de resolución propia y todas las propuestas que los estudiantes llevemos, como por ejemplo ampliar la oferta académica, quedan sujetas a la voluntad política del consejo de instituto (IDH en nuestro caso), donde les estudiantes somos minoría respecto al claustro docente investigador. Por otro lado, el reglamento sobre la modalidad electoral es una injerencia directa del gobierno universitario sobre el claustro estudiantil: lo que antes decidíamos en asambleas, a través del voto directo de les estudiantes, ahora lo resuelve una junta electoral desprendida totalmente de un mandato de asamblea.

¿Qué es lo que hay detrás de estas reformas anti democráticas? Con estos reglamentos la gestión de la universidad pretende ahogar la auto-organización estudiantil. Sin que los estudiantes tengamos peso en los órganos de gobierno universitarios (Consejo Superior, Consejo de Instituto), donde los investigadores docentes monopolizan la toma de decisiones, el gobierno universitario ahora va por los espacios democráticos que los mismo estudiantes generamos, por ejemplo, las asambleas para elegir a nuestros representantes. Esto se da en momentos donde la auto-organización es más necesaria que nunca para enfrentar el ajuste de Macri, los gobernadores peronistas y el FMI, como quedó demostrado en las asambleas y tomas que hubo en varias universidades del país en defensa de la educación pública.

Lo que la gestión pretende evitar es que en estos espacios asamblearios de auto-organización estudiantil se incorpore la discusión sobre un programa para democratizar la universidad con mayoría estudiantil en los órganos de gobierno y comités resolutivos. Esto se vuelve más necesario en esta época de crisis económica y social que profundizan la deserción estudiantil, el alargamiento de los años de cursada, las bajísimas tasas de graduación y la dificultosa inserción laboral.


Lo que la reforma de estatuto nos dejó: órganos de gobierno antidemocráticos, mismos (y viejos) problemas

El anterior reglamento de los Comités de carrera estipulaba que los representantes estudiantiles debían cumplir un mandato de dos años, algo que el gobierno de la universidad pretende interrumpir. Sí, el gobierno universitario es tan antidemocrático que desconoce los reglamentes que él mismo elabora. Esta es la primer gran demostración que la última reforma del Estatuto de la UNGS (festejada por el rectorado, y consejeros docentes y estudiantes afines) no colabora en nada para solucionar las problemáticas estructurales de les estudiantes anteriormente mencionadas. El nuevo Estatuto sigue manteniendo órganos de gobierno donde les estudiantes, que somos la mayoría de la comunidad universitaria, tenemos una representación minoritaria respecto a los investigadores docentes, que hacen uso de su posición dominante para seguir decidiendo por el resto de los claustros. Una minoría decide sobre una mayoría, ¿y la democracia?

Con algunas reformas cosméticas, los investigadores docentes que gobiernan la UNGS nos quieren hacer creer que el nuevo Estatuto hace a una universidad más democrática, como por ejemplo con la posibilidad de elegir rector/a. Sin embargo, ocultaron intencionalmente que el voto de les estudiantes vale un porcentual del voto de los docentes. Como si fuera poco, en las últimas elecciones universitarias hubo una única lista que se presentó a rectorado, encabezada por Gabriela Diker y Pablo Bonaldi. En resumen, sin reconocernos a los estudiantes un derecho democrático básico (una persona = un voto), tampoco nos permiten elegir entre más de una opción.

Llamamos a los representantes y estudiantes que votaron el año pasado a defender los mandatos de asambleas, y a estar atentos a los próximos pasos del gobierno universitario: si pretende avanzar e imponer elecciones a fin de semestre, tenemos que responderle con nuestros métodos democráticos de organización y coordinación entre todas las carreras.