martes, 26 de septiembre de 2017

El boleto educativo entre el ajuste de Macri y la deserción

Marco Balbi y Agustina Barrios, representantes de la carrera de Comunicación (titular y suplente)

Luego de grandes movilizaciones y distintas instancias de organización estudiantil, la gobernadora Vidal se decidió a aplicar el boleto educativo para algunas universidades. El Consejo Superior de la UNGS votó su aprobación el pasado miércoles 20 de septiembre.

El boleto llega con restricciones, en un contexto electoral y en la antesala de una profundización del ajuste del macrismo que acentúa las problemáticas estructurales del claustro estudiantil (deserción, alargamiento en los años de cursada y bajas tasas de graduación) y que encuentra a los estudiantes trabajadores y aquellos provenientes de familias trabajadores como los principales perjudicados.



El boleto contra el ajuste (reforma laboral, devaluación y tarifazos)

El proyecto de ley del boleto educativo, que fue presentado por el Frente de Izquierda en la legislatura de la Provincia de Buenos Aires en 2014, tenía como objetivo evitar un deterioro mayor del bolsillo de los estudiantes trabajadores en un año de devaluación y aumento del transporte público (el salario real había caído casi un 4%[1]). En aquel año se realizaron los primeros recortes al proyecto de ley original en la legislatura (por ejemplo cantidad de viajes limitados al mes), y luego de haberse aprobado en 2015 y que el salario real sufriera otra caída en 2016 (6%), la gobernadora Vidal se decidió a aplicarlo recién este año.

En otras palabras, este boleto restrictivo (cuenta con ciertos requisitos para poder acceder al mismo) llega pasada la primera etapa del ajuste de Macri, a unas semanas de las próximas elecciones nacionales, y antes que Cambiemos lance la segunda parte de su plan con reforma laboral a la cabeza. De esta manera, la gobernadora Vidal intenta mostrar esta aplicación como una concesión hacia los estudiantes, pero bien sabemos que este logro fue producto de la lucha y organización estudiantil.


Un primer puntapié para aminorar la deserción

Durante la sesión del Consejo Superior, los consejeros estudiantiles (FUNyP) leyeron un documento en el que expresaron que en un contexto de ajuste y frente al aumento del transporte público muchos compañeros y compañeras incluso debieron dejar algunas materias para disminuir la cantidad de días de cursada y así gastar menos en pasajes”.

Nosotros creemos que esta caracterización minimiza la situación y desconoce la principal problemática que aqueja a los estudiantes: la deserción. El alargamiento en los años de cursada, causada por la imposibilidad de poder cursar varias materias tanto por la escasez de oferta académica como por la situación económica actual que afectan a los estudiantes, que en muchos casos desemboca en la deserción, son problemas estructurales que el sistema universitario viene arrastrando desde hace años.

Si consideramos que a las carreras ingresaron entre 2003 y 2011 en promedio cada año 839 estudiantes y egresaron o se recibieron 76 estudiantes también cada año, podemos ver de conjunto cuántos estudiantes que iniciaron sus estudios NO SE RECIBEN en tiempo y forma”[2]. La carrera de Comunicación cuenta con 641 inscriptos (no históricos)[3] y tan sólo 90 graduados[4].
La aplicación del boleto educativo en la UNGS es una conquista que hemos logrado los estudiantes y por la que pelearon otros compañeros que fueron desaparecidos bajo la última dictadura militar, sin embargo para que garantice el acceso a la educación pública y ayude a mantener los estudios tiene que ser de carácter universal y no un beneficio como lo plantea el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires[5].

Sólo con asambleas y delegados por cursadas, como lo hicimos el año pasado en la carrera de Comunicación contra el recorte de presupuesto hacia las universidades, y como lo hacen los estudiantes secundarios contra la reforma educativa que quiere implementar Larreta en Capital, conseguiremos un boleto universal y Comités de Carrera resolutivos que nos permitan tomar decisiones directamente sobre nuestras carreras, ampliar la oferta académica y poner fin a la deserción.

¡Por un boleto universal para todos los estudiantes, docentes y trabajadores no docentes!
¡Por Comités de  Carrera resolutivos!
¡No a la reforma laboral y a la reforma educativa!
¡Abajo el ajuste de Macri y los gobernadores!





[1] Ver “2014: Más conflictividad laboral y caída del salario real” – CTA Autónoma Capital: http://www.ctacapital.org/2014-mas-conflictividad-laboral-y-caida-del-salario-real/
[2] Ver “Informe sobre las problemáticas del claustro estudiantil” – Apuntes Universitarios: http://apuntes-universitarios.blogspot.com.ar/2015/08/informe-sobre-las-problematicas-del.html
[3] Estadísticas provistas por Secretaría Académica en 2014 durante la conformación de los Comités de Carrera
[4] Estadísticas al 2013, provistas por la Oficina de Graduados – Secretaría General en julio del 2015, “Información sobre graduados UNGS”.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Tenemos boleto educativo

 
Pero…

     El día ayer en la sesión del Consejo Superior, con la participación del CeUNGS y una amplia concurrencia de estudiantes, se aprobó la firma del convenio del boleto educativo entre la Universidad Nacional de General Sarmiento y el Gobierno de la Provincia.

 Este logro sólo es un primer paso para conquistar el derecho a un boleto educativo universal y gratuito para todos, ya que por su carácter de beneficio parcial sólo se aplica a un sector minoritario, esto es, a unas pocas universidades de las cuales sólo podrán ser beneficiarios quienes cumplan con los requisitos impuestos.

 En un contexto de ajuste a los sectores vulnerables, de saqueo a los bolsillos trabajadores y de tarifazos en todos los sectores, la educación superior es un privilegio de pocos y un sacrificio de muchos. Cada vez es mayor la deserción por distintos factores, aunque todos ellos dependen de uno solo: la diferencia entre los que la pueden pagar y los que no. Esta brecha es cada vez más marcada, pero podemos borrarla.





…A 41 años de la noche de los lápices, los secundarios siguen siendo un ejemplo de lucha dándole batalla a los atropellos ilegítimos e ilegales de los gobiernos ajustadores. Esta vez, los estudiantes se plantan ante una nueva reforma educativa que quiere hacer pasar entre otras imposiciones insostenibles, la de hacerlos trabajar gratis el último semestre de secundaria, requisito sin el cual no podrán aprobar el año. El gobierno de CEOS le llama “pasantías obligatorias”, los estudiantes le llaman explotación de menores y no piensan dejarla pasar.  Con 30 escuelas tomadas, los jóvenes de entre 13 y 17 años apoyados por sus familias y la comunidad educativa se niegan a bajar los brazos, se organizan y defienden sus derechos.

 Desde nuestro lugar como estudiantes universitarios, con este ejemplo de los más jóvenes, tenemos la obligación de seguir impulsando, entre otras cuestiones, que el boleto universitario esté al alcance de quien lo necesite y no sea solo una propaganda para el gobierno. 

Tenemos que conseguir que sea un derecho inalienable y no solo una dádiva mal distribuida con cuentagotas.

Tenemos el boleto educativo…Ponele.