lunes, 8 de octubre de 2018

Grave ataque antidemocrático: el gobierno universitario pretende interrumpir los mandatos de los representantes estudiantiles votados en asambleas

El año pasado, les estudiantes de Comunicación organizamos las elecciones de representantes estudiantiles del Comité de nuestra carrera a través de asambleas masivas. Allí discutimos no sólo qué tipo de comité se necesita para mejorar la carrera y la situación del claustro estudiantil (mantenerlo como un espacio de consulta o luchar por uno resolutivo), sino también sobre la situación nacional, el ajuste hacia la clase trabajadora y el ataque hacia la educación pública. Decidimos democráticamente que les representantes que resulten electos ejerzan sus mandatos por dos años. De esta manera, garantizamos elecciones democráticas y transparentes que permitieron que 200 (doscientos) estudiantes emitan su voto.

Sin que se hayan cumplido los dos años de mandato, el gobierno universitario elaboró dos reglamentos: uno “nuevo” sobre el funcionamiento del comité y otro para imponer desde arriba la forma y los tiempos para que les estudiantes elijamos representantes (los días 7, 8 y 9 de noviembre habría elecciones en las carreras nuevamente). ¿A quiénes se les consultó sobre los nuevos reglamentos? ¿Quiénes los elaboraron? ¿En dónde quedó el mandato de dos años que votó la asamblea? En definitiva, ¿dónde está la democracia estudiantil?


Un intento para ahogar la auto-organización estudiantil

Al igual que el anterior reglamento de comité de carrera, el nuevo reproduce su carácter consultivo. Esto quiere decir que el comité no tiene capacidad de resolución propia y todas las propuestas que los estudiantes llevemos, como por ejemplo ampliar la oferta académica, quedan sujetas a la voluntad política del consejo de instituto (IDH en nuestro caso), donde les estudiantes somos minoría respecto al claustro docente investigador. Por otro lado, el reglamento sobre la modalidad electoral es una injerencia directa del gobierno universitario sobre el claustro estudiantil: lo que antes decidíamos en asambleas, a través del voto directo de les estudiantes, ahora lo resuelve una junta electoral desprendida totalmente de un mandato de asamblea.

¿Qué es lo que hay detrás de estas reformas anti democráticas? Con estos reglamentos la gestión de la universidad pretende ahogar la auto-organización estudiantil. Sin que los estudiantes tengamos peso en los órganos de gobierno universitarios (Consejo Superior, Consejo de Instituto), donde los investigadores docentes monopolizan la toma de decisiones, el gobierno universitario ahora va por los espacios democráticos que los mismo estudiantes generamos, por ejemplo, las asambleas para elegir a nuestros representantes. Esto se da en momentos donde la auto-organización es más necesaria que nunca para enfrentar el ajuste de Macri, los gobernadores peronistas y el FMI, como quedó demostrado en las asambleas y tomas que hubo en varias universidades del país en defensa de la educación pública.

Lo que la gestión pretende evitar es que en estos espacios asamblearios de auto-organización estudiantil se incorpore la discusión sobre un programa para democratizar la universidad con mayoría estudiantil en los órganos de gobierno y comités resolutivos. Esto se vuelve más necesario en esta época de crisis económica y social que profundizan la deserción estudiantil, el alargamiento de los años de cursada, las bajísimas tasas de graduación y la dificultosa inserción laboral.


Lo que la reforma de estatuto nos dejó: órganos de gobierno antidemocráticos, mismos (y viejos) problemas

El anterior reglamento de los Comités de carrera estipulaba que los representantes estudiantiles debían cumplir un mandato de dos años, algo que el gobierno de la universidad pretende interrumpir. Sí, el gobierno universitario es tan antidemocrático que desconoce los reglamentes que él mismo elabora. Esta es la primer gran demostración que la última reforma del Estatuto de la UNGS (festejada por el rectorado, y consejeros docentes y estudiantes afines) no colabora en nada para solucionar las problemáticas estructurales de les estudiantes anteriormente mencionadas. El nuevo Estatuto sigue manteniendo órganos de gobierno donde les estudiantes, que somos la mayoría de la comunidad universitaria, tenemos una representación minoritaria respecto a los investigadores docentes, que hacen uso de su posición dominante para seguir decidiendo por el resto de los claustros. Una minoría decide sobre una mayoría, ¿y la democracia?

Con algunas reformas cosméticas, los investigadores docentes que gobiernan la UNGS nos quieren hacer creer que el nuevo Estatuto hace a una universidad más democrática, como por ejemplo con la posibilidad de elegir rector/a. Sin embargo, ocultaron intencionalmente que el voto de les estudiantes vale un porcentual del voto de los docentes. Como si fuera poco, en las últimas elecciones universitarias hubo una única lista que se presentó a rectorado, encabezada por Gabriela Diker y Pablo Bonaldi. En resumen, sin reconocernos a los estudiantes un derecho democrático básico (una persona = un voto), tampoco nos permiten elegir entre más de una opción.

Llamamos a los representantes y estudiantes que votaron el año pasado a defender los mandatos de asambleas, y a estar atentos a los próximos pasos del gobierno universitario: si pretende avanzar e imponer elecciones a fin de semestre, tenemos que responderle con nuestros métodos democráticos de organización y coordinación entre todas las carreras.

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