en colaboración con Agustina Barrios, Marco Balbi (representantes de comité) y Pablo Benitez - Estudiantes de Comunicación UNGS.
En las últimas semanas se dio a conocer
una noticia que cambiaría rotundamente
el mapa mediático actual: Cristóbal López vendería C5N y todo su holding de
medios al Grupo Terranova, empresa que mantiene amenas relaciones con el
gobierno nacional. Antes de realizar la operación, el Grupo Indalo decidió
despedir al periodista Roberto Navarro. En este contexto, se reaviva un debate en torno al rol de los medios, su relación con el
Estado, y la frágil idea de democratización y pluralidad de voces en los mismos.
Una
nueva etapa de concentración para el ajuste
Apenas seis meses de su ascenso al
gobierno, Cambiemos ya había asignado más de 8 millones de pauta oficial a
medios gráficos, radiales y audiovisuales. De esta manera, comenzaron una serie
de operaciones en los medios de comunicación que colaboraron a la constitución
de una única voz que respondía a los
intereses de los grandes empresarios representados por Macri y sus funcionarios.
Conocida es la relación de ósmosis que
establecen los medios hegemónicos con el Estado: puesto que son
interdependientes económica y políticamente uno del otro, los medios a menudo
se encargan de reproducir con fidelidad el discurso oficialista y, en consecuencia,
los intereses de las clases más altas. Es así como la mass media domina la
agenda pública y ofrece un recorte subjetivo y moldeado con precisión de la
realidad. Un claro ejemplo de esto último es la representación que intentaron
fijar sobre la desaparición forzada de Santiago Maldonado, sosteniendo que no
estaba desaparecido, demonizando al pueblo mapuche, defendiendo el rol de la
gendarmería e instalando información falsa acerca del caso.
¿Por qué la venta de C5N y Radio Diez al
grupo Terranova enfatiza y profundiza este problema? Si bien sabemos que el
canal y la radio son funcionales al kirchnerismo, estos componen, dentro de sus
restricciones y propias subjetividades, el principal medio opositor a
Cambiemos. Siendo que la familia Terranova sustenta una buena relación con el
gobierno de Macri (Orlando Terranova incluso ha sido candidato del Pro en
Mendoza), con su compra de C5N y Radio 10, todos los medios hegemónicos pasarían a las filas del macrismo, a
contaminarse de sus ideologías e intereses, maquillando las problemáticas
sociales y económicas, decorando el brutal ajuste e intentando vendar los
ojos de todos aquellos que los consuman.
La
antesala: “pluralidad” de voces (privadas) y pauta publicitaria
Con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el
kirchnerismo intentó adjudicarse un supuesto avance hacia la pluralidad de
voces en los medios. Sin embargo, esta ley tenía sus contradicciones y no
solucionaba el principal problema de fondo: en ningún momento y bajo ningún punto cuestionaba la propiedad privada
de los medios. Siguiendo esta línea, el espacio mediático para la
diversidad de voces continuaba siendo limitado y condicionado por la
concentración de poder entre unos pocos.
Aún cuando la ley intentó poner un límite
al monopolio conformado por el Grupo Clarín, sólo colaboró a la formación y
consolidación de otros grupos de comunicación privados que satisficiera y
reprodujera los intereses de los sectores dominantes que estaban detrás del
gobierno anterior. Con este resultado, una vez asumido el actual gobierno, el
macrismo se encontró con un mapa de medios que no le resultó difícil de
modificar. A través de la utilización de la pauta publicitaria, consiguió
domesticar a algunos medios y periodistas, y a otros empujarlos directamente
hacia el cierre (tal es el caso del Grupo 23, cuyos anteriores dueños, Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, dejaron sin su
fuente de ingreso a miles de trabajadores).
No está de más recordar bajo qué maniobra
C5N había pasado a las manos de Cristóbal López, alegórico empresario del
kirchnerismo: sin mediar concurso público, como lo establecía la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual, Daniel Hadad (anterior propietario), presionado por
el gobierno de Cristina Kirchner, se los había vendido por una suma de alrededor
de 50 millones de dólares.
Sin respetar la norma que el mismo
gobierno promulgó, sin otorgar el 33% del espectro radioeléctrico a los medios
sin fines de lucro, y utilizando la pauta oficial a gusto y piacere, el
kirchnerismo habilitó al macrismo para derogar la ley. De esta manera queda
expuesta que la estrategia
“antimonopólica” del kirchnerismo, basada en el mantenimiento de la propiedad
privada de los medios, desembocó en un callejón sin salida, o mejor dicho, allanó
el camino al macrismo para avanzar hacia una nueva fase de concentración
mediática.
Medios
de comunicación al servicio de las necesidades sociales
El
gran potencial con el que cuentan los medios de comunicación, sobre todo a
partir del nuevo siglo con el desarrollo de nuevas tecnologías, no puede ser aprovechado de manera
progresiva por las grandes mayorías mientras los mismos sigan funcionando bajo
la lógica de lucro y se encuentren en manos de distintas fracciones del
capital.
Sin
lugar a dudas los medios de comunicación podrían hacer un aporte directo para
que la sociedad pueda solucionar sus problemas. El caso de Radio Universidad de
Oaxaca (México) en 2006 es un claro ejemplo de ello, cuyos micrófonos sirvieron
para difundir mensajes del movimiento magisterial que se encontraba en huelga
por mejores condiciones para la educación del distrito.
No
se trata únicamente de una cuestión de agenda (que exprese las problemáticas de
la sociedad), sino también de funcionalidad. Autogestionados por sus
trabajadores y al servicio de la comunidad, podrían contribuir a la organización de las mujeres contra los femicidios, de
los trabajadores contra los despidos, y los estudiantes contra la deserción.
Apuntes Universitarios
en el
Fei!
(Frente de
Estudiantes de Izquierda – Presidencia del CeUNGS)
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